si hubiera podido elegir mi destino, hubiera elegido amar. amar con el alma, amar con el cuerpo, con los ojos y la lengua, con las uñas de mis pies curveados. con el furor que una vez me tomó por sorpresa y me hizo armar ficciones de un roble. amar por amar, morir amando, soñar el amor color piel, color palabra y sabor ausencia de dolor. despertar entrelazada con sábanas y amor, caricias y suspiros miel, dulce despertar del sentir anímico, de la mirada marinada en los fluidos carnales. amar al que ama con su ser completo, con sus dedos tamaño gigante, con la seguridad de sus raíces.
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1 comentario:
El roble ha sido sistemáticamente talado. Y no era una ficción. Sigue siendo roble alto, tan cerca de las nubes del cielo, tan enraizado en la tierra mojada de la montaña de fresas, con el acantilado de las aves, con los duendes del atardecer que nos asustan cuando se va la luz y nos seguimos amando torpemente.
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