quiero ser esa tu droga que te hace sangrar dientes; la que corta tus venas con la psicodelia filosa de tu andar caído. has perdido la batalla y mientras inhalo blancura de polvo celeste recuerdo tu miedo que aún hoy se inyecta en mis venas. el terror se ha ahora apoderado de mí; tu caída solo es leíble con ojos ciegos, con ignorancia sabida.
quiero ser esa tu droga, la que te instruye sobre el vuelo audaz de la nada confundida con la parte completa: tu preferencia por todo lo que una vez criticaste se aloja en mi cuaderno blanco, que en su juicio tullesco dibuja las trirremes hundidas en el mar egeo.
¿será que esta tu droga nos hará levantarnos como seres resucitados, o más bien nos cavarán tumbas de huesos color de globos blancos, de polvo mojado con la orina de tu delirio, de barro espeso con las lágrimas lutenses por tu dantismo?
en cualquier caso, quiero de esa tu droga, golosina que nos deja los dientes negros y roídos.
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