domingo, abril 15

el orgasmo del ser


por primera vez en mi corta vida, he podido experimentar lo que es un momento inexpresable. me he vista envuelta en el puro sentir de la situación, como si tan solo me sucediera, sin nunca ser capaz de enumerarla, catergorizarla o comentarla. lo más cercano que puedo llegar a ella es por medio de rodeos, por el centro de la experimentación misma es imposible acceder a ella. y digo "ella" simplemente porque necesito darle un nombre y dado que nunca se dice de la femenidad de las cosas por regla general del español, hoy escojo las palabras para manifestar(me) que ayer acaecía el ser sin mayor distinción nominal.




y entonces, jugaba, bebía y me drogaba con el humo verde, y siempre estaba presente esta una algo sin nombrar, una algo que entre tiempo y sonrisas, además de música y bebidas, existió y seguro seguirá existiendo: ella, la que no puede ser dicha, sin mayor nombre que un pronombre.



las situaciones de la vida, los contextos dentro de los cuales nos movemos a manera de lento caracol que deja atrás una baba densa y poco fluída, son irradicales. ¿cuántas veces hemos sufrido un segundo en el cual tenemos la audacia sincera de declamar: siento? creo que hace falta un esplendor de luz apagada para poder caer en estos huecos previos al clímax (como haber amado), donde se es capaz de acceder al orgasmo del existir: ser. sin embargo, esta algo siempre nos pasa como el aire entre los dedos, impercibible.



con el obstáculo del lenguaje intento decirla, darle forma, pero como el explotar mismo de un instante penetrado, no hay más oralidad que el sentimiento mismo. así, accediendo a los juegos amistosos, sentía, y no podía ni pensarla, pues nada más era en todo mi cuerpo. con todo, este intento de dilucidación simplemente me aleja de ella, pues pensarla en palabras me confabula el sentir mismo y así, voy olvidando...


creo que podría decir más, pero no quiero que se me esfume su presencia placentera de vida misma.


de tal manera, en la oscuridad misma, ante lo que no se manifiesta con luz lenguajera, está ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que ricura de momento, algo así tal vez como una epifanía, pero más profunda, más abstracta, una epifanía del que ve, y no de uno mismo.

pao dijo...

una epifanía... ja, nunca había pensado en esa palabra...