domingo, febrero 18

besos

corría por densos bosques de lujuria, pasando por verdades universales y por destellos de desgracia; me aventuraba por los montes de delicia que la desdicha llora detrás de los meandros del sabroso cielo; dentro de la selva oscura se pierden los gritos que anegan el silencio, y la densidad de lo infame se convierte en marañas verdes.


mi prisa se detiene y entonces la turbación del instante lánguido y ridículo se posa sobre mis hombros y su lengua azarosa me cuenta maldiciones exquisitas de una realidad bifurcada en instantes de tiempo desmedrado; ya el tenue vestigio de una apócrifa blasfemia descifra la vida como una profunda paradoja baladí.


nos besamos, y reí mientras la sangre manchaba mi ropa, entretanto las lágrimas manchaban mi piel.

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